¡Déjate llevar por el placer clásico francés de los beignets caseros! Estas deliciosas pastas son sorprendentemente fáciles de hacer y seguramente te transportarán a las calles de París. Ligeros, aireados y espolvoreados con azúcar glas, son perfectos para el desayuno, el brunch o un dulce capricho en cualquier momento del día.
En un bol para mezclar, combina agua tibia, azúcar y levadura. Deja reposar durante 5-10 minutos hasta que esté espumoso.
Paso 2
En un bol aparte, calienta la leche en el microondas hasta que esté tibia, luego agrégala a la mezcla de levadura junto con el huevo y la sal. Revuelve bien.
Paso 3
Agrega gradualmente la harina y la mantequilla ablandada a la mezcla. Amasa la masa hasta que quede suave y elástica.
Paso 4
Cubre la masa con un paño limpio y déjala reposar en un lugar cálido durante unos 30 minutos, o hasta que duplique su tamaño.
Paso 5
Calienta aceite vegetal en una olla profunda o freidora a 350°F (175°C).
Paso 6
Estira la masa en una superficie enharinada hasta que tenga un grosor de aproximadamente 1/4 de pulgada. Córtala en cuadrados de 2 pulgadas.
Paso 7
Coloca cuidadosamente algunos beignets a la vez en el aceite caliente y fríelos hasta que estén dorados en ambos lados, aproximadamente 2-3 minutos por cada lado.
Paso 8
Sácalos con una espumadera y escúrrelos sobre papel de cocina.
Paso 9
Espolvorea generosamente los beignets calientes con azúcar glas.
Paso 10
¡Sirve tus beignets caseros frescos y disfruta!
Paso 11
Consejo: ¡Asegúrate de servirlos mientras aún estén calientes para la mejor experiencia!